En los ‘60s el norteamericano Harald Wagner saquea en la
zona arqueológica de Teotihuacán, un gran número de extraordinarias pinturas
murales, que pierden su contexto histórico posiblemente de Amanalco (https://pueblosoriginarios.com/meso/valle/teotihuacan/amanalco.html),
esta acción repetida por muchas naciones en el pasado y que aún se mantiene en
el todo el mundo, lleno las arcas de muchos de los grandes museos, como el
Museo Británico o el Museo del Louvre, sin embargo debemos entender que a pesar
de que su cuidado actual es extraordinario y su difusión es muy amplia, todas
estas obras extraídas de su entorno original han perdido una gran cantidad de
memoria y posibilidad de escribir su historia. Afortunadamente conservamos la
obra material y en ella un gran valor cultural, histórico y estético intrínseco.
A mediados de los ‘80s los murales salen a luz pública
cuando son heredados al Museo de Young, (https://deyoung.famsf.org/deyoung/collections/harald-wagner-collection-teotihuacan-murals),
tras una fuerte acción por parte del gobierno mexicano a través del Instituto
Nacional de Antropología e Historia, consigue un trato en el que se recupera la
mitad de la colección, mientras la otra mitad permanecerá en el museo.
En un acuerdo conjunto, los departamentos de restauración
norteamericanos y mexicanos, plantean una metodología de intervención para
asegurar que la colección tenga el mismo tratamiento y mantenga la homogeneidad
estética. En México la intervención de las obras pictóricas es encargada al
Taller de restauración de Pintura Mural de la Escuela Nacional de Conservación,
Restauración y Museografía “Manuel del Castillo Negrete”, donde generaciones de
alumnos realizaron las labores de recuperación de las obras, bajo la supervisión
del profesor Sergio Arturo Montero.
El objetivo planteado era estabilizar las pinturas y
siguiendo los procedimientos dela época, aligerar el peso de los murales para
una más segura y sencilla manipulación, exposición y resguardo. Además, el criterio
establecido busco integrar el nuevo soporte a las características de las
pinturas, pero logrando que estas destacaran.
El procedimiento nos llevó a aplicar varias capas de velado
de protección con telas naturales y adhesivos sintéticos que cubrieran la capa pictórica,
sobre esta se colocó una capa grueso de yeso poroso que le diera cuerpo y
mantuviera forma y resistencia de los aplanados de enlucido.
Fotografía.David A Andrade |
Fotografía.David A Andrade |
Esta capa permitió desbastar la capa de tierra que alguna vez fuera soporte de la pintura en su contexto arquitectónico, pero que ahora representaba volumen y peso inútiles e innecesarios. Cuidadosamente se realiza la limpieza hasta obtener libre la parte posterior del enlucido. De gran fragilidad, esta capa de aplanado fino está firmemente protegida por los velados y el bloque de yeso aplicado al frente.
Fotografía.David A Andrade |
Fotografía.David A Andrade |
Fotografía.David A Andrade |
Fotografía.David A Andrade |
Fotografía.David A Andrade |
Fotografía.David A Andrade |
Más información sobre la colección de pinturas murales:
https://www.mexicodesconocido.com.mx/murales-robados-de-la-antigua-ciudad-de-teotihuacan.html
https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000155914
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