Los valores del arte

 Los valores del arte

Muchas veces escuchamos que lo estético no tiene definición o bien que es lo bello, lo armónico, lo que llega a las emociones. Se dice que el arte es estético porque plasma la belleza, pero la duda más común es, que hace a una obra de arte algo estético y con valor artístico.

En mi opinión, una obra de arte adquiere ese reconocimiento cuando la producción tiene una intencionalidad por parte del creador, es decir, el artista, el artesano, alfarero, escultor, grabador o creativo cualquiera que sea su especialidad imprime en su obra su deseo por elaborar algo único que represente sus emociones y emita el mensaje.

Pero más importante aún será que la obra tenga la capacidad de provocar una respuesta estética en el espectador, no todas las esculturas, ni todas las pinturas tienen valor artístico, simplemente porque no todas las pinceladas y aplicaciones de pintura, sea óleo, acrílico o acuarela, generan una obra de arte, tampoco es necesariamente vital que la obra tenga un gran trazo o una excelente armonía de color, ya que, aun con toda esta práctica y experiencia adquirida, el pintor o escultor puede crear una obra bella, de calidad plástica pero no forzosamente expresiva.

La obra de arte debe mover las emociones del espectador y atraerlo, a través de sus características, - como color, textura, forma, orientación, luz etc. - elementos, gráficas y temáticas; para ello, el artista deberá impregnar de valores sensoriales que trasmitan seducción, perceptible por los órganos de los sentidos en el espectador, provocándole una respuesta casi vehemente;

El valor formal da unidad a la obra, de manera tal que todas las piezas que integren la creación tengan un lugar, un espacio y formen parte de la expresión planteada por el artista. Estas piezas pueden transformar el mensaje y significado además de alterar la sensibilidad natural pretendida por el creador.

Damián Ortega

Alexander Calder


Toda esta lluvia de emociones no tiene por qué ser positiva – agrado, atracción, alegría o admiración -  ya que la reacción puede producir acciones negativas, desagrado, tristeza, o repulsión sin por ello perder su calidad de artístico, insistamos que al final la comunicación con el público se da con una interacción obra – espectador.

Retrato de Dama, Bernardo Luini

La Duquesa fea, José de Ribera 










Pero aun así, ¿porque a algunos puede atraerles una obra y a otros no?, bueno, pues no se puede dar gusto a todos y aun cuando la obra sepa comunicar su mensaje es muy posible que el espectador no esté preparado para decodificarlo, asimilarlo, entenderlo o simplemente sentirlo, estos son los valores expresivos, donde ajeno  a la obra, cada individuo interactúa con base en su experiencia personal, su nivel cultural, gustos personales, conocimientos, preparación académica, sus intereses y sus necesidades, llevándolo a una abstracción personal  de lo que sus sentidos le evidencian.

La Virgen del Jilguero. Rafael Sanzio

Retrato de Marie-Thérèse. Pablo Picasso

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